FUNEBRIDAD FOTÓNICA
/ __Autor: JOEL FORTUNATO REYES PEREZ
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/ La luz se ha escondido en un cepillo,
/ y la obscuridad ya no es verde.
/ Por pocos siglos los párpados se fueron secando
/ con el azulado suelo encima y, las piedras
/ blandas por el nuevo río.
/ A pesar de todo, la esperanza conservaba
/ la belleza en formol y luego en nitrógeno líquido.
/ Recuerdo aquel gesto de las calles asustadas
/ saliendo de los dientes de los cadáveres sentados
/ escribiendo del magnífico orden y la paz
/ excesiva emanando del reluciente pavimento
/ cultivado con los más tiernos eritrocitos.
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/ Sin embargo, el aire se enrarece, es un silencio
/ ondulante cayendo de algún árbol con la impavidez
/ de la luna desnudándose los embragues, y unas
/ lágrimas más osadas sin ningún prejuicio se secan
/ en la inmemorial demencia destellando una sonrisa.
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/ Solamente yo destejía confundido el absurdo
/ qué vivíamos saboreando entre las arterias
/ más petrificadas de la última versión de piel
/ qué cubre una porción carcomida del viejo espíritu
/ en la distorsionada y reciente pseudoconsciencia.
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/ Pero para entonces ya no decía nada la noche
/ qué busca extrañamente mi silencio entre los
/ alambres pajareados innombrables, con la identidad
/ de las metálicas palomas enroscadas con el código
/ encriptado y enredado.
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/ Además, el frío danzaba en los techos...
/ Abierto al exterminio del soplete y la seguridad
/ del alquimista vendedor de helados amorfos, por
/ la tarde que iba y venía en todas direcciones,
/ apoyado por el más honesto azufre penetrando
/ al parque para explicar la geografía del alma
/ en las cuatro puntas del viento de pétalos ardientes que abren grietas entre la soledad indomable de las más modernas nanopartículas...
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/ Se detuvo, en el propietario absoluto del reflejo
/ dónde cada curva corresponde con perfecta exactitud a las líneas y curvas del otro...
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/ Descubrí su movimiento he hizo lo necesario para
/ que no lo reconociera, pareciéndole perfectamente legítimo, aún en el supuesto de que fuera una imitación del original... Sabía que no lo soportaría temiendo envejecer prematuramente.
/ Y esa era la cuestión.
/ El amanecer más temprano que de costumbre importa
/ poco de tener un doble. !Sí, sí, un doble!.
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/ Y le sorprenderá verme volver tan pronto sin quitar la vista del infusor de tiempo vibracional inverso. Como una trágica sombra que da miedo. Y ahí dónde se proclama lo superfluo de la miseria ajena de civilizaciones extrañas a las últimas estadísticas del monitoreo espectroscópico...
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/ En cierto modo lo llamo con mis palabras sin escucharme, fingiendo una insolación bajo la obscuridad tibia y perfumada, como dos ciegos tantean el camino sonriendo en la penumbra, en la irradiación invisible de un espejo.
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/ De las esferas cae un vapor esparciendo un tenue
/ resplandor, y arriba de la tercera luna en que se va adhiriendo, aparece un violáceo transparente y puro, muy atrás del campo de fuerza protector de milenios compactos, y las peores interrogantes en los inmensos almacenes de memorias inútiles.
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/ La tierra se ha convertido en el primer museo de la galaxia y las visitas son esporádicas.
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/ Al llegar al punto medio dónde las moléculas intercambian electrones en la superficie, siento escalofríos, al estar suspendido sobre el abismo.
/ Y ahí se ríe y me dice que siga, que no tenga miedo. !Triplicado, multiplicado al infinito!...
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/ De pronto y de alguna forma sé que no aparecerá más...
/ Y es así como reconocí la esencia de no ser nadie.
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/ ___Autor: JOEL FORTUNATO REYES PEREZ
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/ Autor: POEMAS CERCANOS Editorial Palibrio
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