De nuevo veré que vienes y después te vas,
/ Tus manos solo conseguirán agarrarme y arrastrarme a tu deseo escondido,
/ Ese que siempre tuvimos, solo que nunca lo compartimos.
/
/ Pero recuerda
hombre al fin bienvenido a mi mundo,
/ Como te quise tener en tantas noches inoportunas,
/ Me enseñaste a ser paciente y a llorar por abandono,
/ No era fácil admitir que tienes esa forma perversa de vivir.
/
/ Profesaste en mi, cada vez que me veías,
/ Para retenerme en tu espacio y tomar de tu miel,
/ Ya en tus brazos no tuve más nada, era evidente,
/ Una noche no puede entregar todo lo que en años se pensó.
/
/ Lástima que tu eres
la manzana que cae cuando en mi todo sanó,
/ Y no entiendo como tus palabras me pueden aliviar como hacerme daño,
/ Penetras con tus besos la esencia que luego derrite mi conciencia,
/ Tal vez cuando aprenda, algún día te pueda decir que no.
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