Alguien se va cada día, alguien sufre una perdida irreparable.
/ Llegamos a este viaje con boleto de regreso marcado.
/ Y un día desnudos de afectos partimos para nunca jamás volver.
/ Los rostros tan amados se pierden en el tiempo implacable
/ que como una bomba atómica poco a poco nubla
/ nuestros recuerdos.
/ En algún lugar, hoy se fue una madre que dejo hijos para criar,
/ Un abuelo con nietos para disfrutar, un niño con caminos para explorar,
/ Un padre con consejos para dar, un hermano para abrazar,
/ Hoy se fue alguien que le importo a otro,
/ dejando un vacio imposible de llenar.
/ Nada mitiga el dolor del que sufre una perdida.
/ Las palabras se esfuman al hablar.
/ Enjuiciados en vida descubrimos el cielo
/ y el infierno en la tierra.
/ Con pesar reconozco las señales que dejamos pasar por alto.
/ Los hola y adiós que cada día ofrecemos como regla
/ de cortesía, no es más que una inadvertida preparación para nuestro camino final.
/ Es cierto no nacimos para ser semilla,
/ sino para dejar nuestra semilla.
/ Pero nadie espera los huecos sonidos del olvido.
/ La soledad es aplastante, tanto como para
/ el que se va ,como para el que se queda.
/ Un cumulo de preguntas resuenan en un ¿Cuándo?,
/ En un ¿Cómo? Y un ¿Por qué?, que agita el sentido
/ de la civilización.
/ Y sufrimos a pesar de saber que es en vano.
/ Cada vez que algo me conmueve, que me parece injusto
/ increpo con rebeldía a este dios que se me antoja silencioso
/ a nuestras plegarias, que no deja ver
/ esos milagros que tanto espera el ser humano
/ y le atino un negligente, para luego avergonzarme
/ de mi poca e indigna fe que digo profesar a el.-
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