Se quedó queda al verme frente a ella
/ Y yo me quedé quedo igualmente
/ Hasta que, apartando la mirada,
/ Se alejó de allí indiferente,
/ Como tratando de olvidar rápido
/ Aquel desafortunado incidente.
/ La observé, mudo, de mí alejarse.
/ Luego seguí mi camino instintivamente,
/ Distraído en aquel episodio
/ Hasta que me topé con ella otra vez de frente.
/ Me miró. La miré
/ Y el Tiempo se paró de repente.
/ Me dijo: Lo siento
/ Y yo pensé: !Miente!
/ De nuevo siguió su camino mientras que yo
/ La observaba cómo se perdía entre la gente.
/ Así estuve, !qué sé yo el rato!,
/ Abstraído y ausente,
/ Pensando una y otra vez en sus palabras
/ Hasta que una voz me devolvió al presente:
/ !Carlos! !Carlos!
/ Era la voz de mi madre impaciente:
/ ¿No me oyes? !Sí, madre!
/ Y eché a andar automáticamente,
/ Eso sí, no pudiendo dejar a un lado
/ El episodio ocurrido reciente
/ Que una y otra vez
/ Martilleaba sin descanso a mi mente.
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