Lánguido, tu figura de mirada triste
/ sobre el asfalto se desliza cabizbajo
/ expulsado del cielo como escupitajo
/ que a las inclemencias del tiempo se resiste.
/
/ Avanzas ensimismado paso a paso
/ arrastrando los recuerdos que viviste
/ y en tu semblante que arrugado viste
/ la penumbra de la noche se percibe del ocaso.
/
/ Hombre senil cubierto de fantasmas,
/ la luz pálida que de tu pasado asoma
/ en tu mente va horadando la carcoma
/ que hasta a tu pábilo de hielo vacilante pasma.
/
/ Del rictus de tu boca se desploma,
/ disgustada, una mueca horripilante,
/ la esperanza se olvidó del caminante
/ y en sus frágiles labios se dibuja un hematoma.
/
/ Próximo el vencimiento del contrato
/ del tiempo sin retorno que alquilaste,
/ lo que te resta regalado va a esfumarse
/ sin previo aviso al llegar al final de su mandato.
/
/ Sólo eres, anciano, lo que a la vida diste.
/ Tus sueños ahora son memoria del pasado,
/ deja, pues de vagar ausente, atormentado,
/ lo bueno que viviste recuerda y no estés triste
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