Yo respiraba con tu nombre,
/ me ahogaba en lágrimas
/ con tus penas.
/ Embriagado con tu despedida,
/ ya era un pozo oscuro sin salida
/ Y vos lejana Verónica
/ indiferente/
/
/ Golpeaba puertas,
/ trillaba el espejo
/ con un hacha de fuego,
/ ahí andaban tus espectros,
/ rompií esa foto sonriente
/ que llevaba a cuestas
/ en la finitud del opuesto.
/
/ En la negación de la pregunta
/ estaba la inercia de la respuesta.
/
/ Embravecida noche de ausencia,
/ descifró en sus palmas sin salida
/ la aridez de un paisaje yermo.
/ Leí la levedad del ser,
/ alguna historieta,
/ la rebelión de las masas y
/ al furioso Otelo hasta ahogar
/ el hastió metido en el florero,
/ vos eras Verónica
/ un fantasma sin presencia.
/
/ En el trance de velas nocturnas
/ lo disipaba con la caña o el licor
/ cerrando la mirada a tu antiguo amor
/ de elegía, era asilado entre brumas
/ Y vos lejana.
/
/ Inmerso en tu carne intrusa.
/ aclareció las sombras al día el hombre,
/ el tiempo era un reloj de hojarasca,
/ tiempo muerto, absoluta transición
/ pronunciando tu nombre con flama y
/ Vos gélida sin causa
/
/ Ni siquiera una gota trepada a la frente
/ y ni hablar de deletrear mi nombre,
/ embaucadora de máscara te escondes
/ indiferente.
/ En los espejos de Juno Verónica,
/ acicalabas tu endogámico nombre/
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