Sepan todos ustedes
/ que soy un poeta enfermo,
/ y desnacionalizado,
/ y descatalogado,
/ y deseditorializado,
/ y desterrado,
/ y deshauciado,
/ y desacreditado,
/ y desgeneracionalizado.
/
/ El otro día, en plena calle,
/ una reportera pija,
/ de una televisión de Valladolid,
/ paró mis pasos y ahuyentó mi atención
/ para preguntarme :
/
/ -Por favor, señor,
/ ¿como le está afectando a usted esta crisis?
/
/ -Total, contesté, y proseguí....
/ señorita, de siempre yo he desayunado
/ angulas con salsa de queso Pata de Mulo ,
/ de Villalón de Campos,
/ y ahora tengo que conformarme
/ con muslos y medallones de marisco,
/ rehogados con crema de puerros de Sahagún de Campos.
/
/ -No me lo puedo creer,
/ vomitó la pija reportera en mis narices.
/
/ -Y yo tampoco, le contesté
/ en menos tiempo que se persigna un cura loco,
/ joven,
/ en este puto país, nadie dice la verdad,
/ y no iba a ser yo la excepción.
/
/ Me regaló dos besos sin sustancia,
/ protocolarios,
/ que la devolví,
/ eso sí,
/ con una sonoridad y una autenticidad
/ que me caracteriza.
/
/ Y de la mano de mis pies,
/ y la compañía de mi atención descarriada,
/ emprendo de nuevo la huída,
/ a ninguna parte.
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