Sorbí de tu adentro, te quité las penas,
/ Desgarré mi alma, y cosí la vuestra.
/ Lustré tu confianza, te legué mi ofrenda,
/ Te colmé de rosas, te di mi colmena.
/ Curé tus heridas, solté tus cadenas
/ Limpié tu sendero de sombras estrechas.
/ Pinté un universo donde eras la estrella,
/ Mi volcán furente, la blancura eterna.
/ Y te di mi agua y te abrí mi huerta
/ Para que saciaras tu sed de agua fresca.
/ Pero primavera nívea, cruel y gélida
/ Me llegó un domingo tras copiosa fiesta.
/ !Tan fría me fue! que caló mis venas,
/ Congeló mi alma y quemó mi hierba.
más poemas de Juan Andrés Zúñiga
más poemas de Juan Andrés Zúñiga