El ojo del pez húmedo brincó la empuñadura
/ y sobre mi cuerpo extraño, ella, que decía ser mi madre,
/ también, dijo muchas cosas sobre los parques en que nací.
/
/ Ella era una ventana que cerraba
/ y yo no supe como fui a parar sobre sus brazos,
/ el pasto era suave y eran sus brazos alas constrictoras,
/ tomándome por uno de estos cuellos odié la forma de mi madre.
/
/ Pero amé el sonido que crecía en mi garganta,
/ tuve ranas de seis patas hundiendo su sexo sobre la mucama,
/ y un tren pequeño donde me ataba a su raíl,
/ mientras encendido y distante venía,
/ yo rezaba que, con su impacto, soltara mis cuerdas.
/
/ Hoy el ojo del pez rozó mi carne
/ y pasó su cuerpo entre mis agujeros,
/ yo no estuve ahí para gritar,
/ sólo la cola del pez hizo el esfuerzo,
/ y no me vi traspasado;
/ era la noche del pez y su ojo fijo fuera del mar.
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