(Basado en el cuento de Ángel de Campo: El chiquitito)
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/ !Cuánto diera aquel tristísimo gorrión,
/ apresado en ese horrendo cautiverio,
/ salir raudo de su lóbrega prisión
/ y posarse en el suntuoso monasterio!
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/ !Con qué místico placer él se hundiría
/ en el bosque, de selváticos rumores!,
/ !con qué gula el Chiquitito libaría
/ la fragancia perfumada de las flores!.
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/ Y es que el pobre y desvalido Chiquitito
/ anhelaba con sus alas apresar el infinito,
/ contemplarse en el estanque del jardín
/ y emprender un viaje grato hacia el confín.
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/ !Qué difícil e impactante era la suerte,
/ de mirarse en ese horrible calabozo!,
/ donde todo su universo era espantoso,
/ !donde muchas ocasiones vio la muerte!.
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/ Sucedió que, estando triste en su prisión,
/ no contento de su vida, en realidad,
/ un proyecto se anidó en su corazón:
/ !El anhelo de obtener su libertad!
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/ Decidido a organizar al fin su huída
/ y ponerle feliz término a su vida,
/ con paciencia, un plan exacto preparó.
/ Y así fue que, cuando su ama le llevó
/ a la jaula, diligente la comida,
/ nuestro amigo se acercó hasta la salida
/ y por ella, en un descuido, se escapó.
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/ La señora, impresionada por el hecho,
/ Sofocándose, lanzó entonces un grito:
/ !cierren todo!, !se ha escapado el chiquitito!.
/ Una turba, alrededor, haciendo valla,
/ aventaba multitud de sucias toallas,
/ dirigiéndolas con furia al alto techo.
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/ Casi a punto de salir en forma ilesa
/ y pensando el mundo libre pronto ver,
/ le alcanzó una sucia toalla la cabeza
/ y en el piso, con estruendo, fue a caer.
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/ Ya las luces matinales despuntaban,
/ cuando el ave en su prisión se despertó
/ !y al mirar esos barrotes que lo aislaban,
/ de amargura, el Chiquitito se murió!
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/ Esta fue la dolorosa narración
/ de su triste y vergonzoso cautiverio,
/ !cómo quiso salir libre de prisión
/ y posarse en el suntuoso monasterio!
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/ POEMA REGISTRADO ANTE EL INDAUTOR (INSTITUTO NACIONAL DE LOS DERECHOS DE AUTOR) MÉXICO.
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