Versos míos
, desnudos, recién nacidos
/ ahí van, buscando crecer con la aurora
/ anhelando ser leídos en la allende cima,
/ encuentro otrora,
/ donde la mirada se pierde
/ entre la muerte y la vida.
/ Cruzaron el umbral, con frío
/ pero sin miedo,
/ así se presentaron al vasto etéreo
/ trasnochando en el inmenso cielo.
/ se recogieron en la angustia
/ ennobleciéndose en la alegría del amor;
/ purgaron cada minuto, y así crecieron
/ en el despertar de las horas,
/ robándole quizá
/ un poco de dolor a la tristeza,
/ o tal vez una sonrisa a la bondad.
/ Galoparon como enloquecidos
/ en bravíos unicornios,
/ masturbaron en la cumbre sus anhelos,
/ buscando respuestas
/ para un corazón entristecido.
/ Se abrigaron al estío
/ de estación incierta,
/ lavándose las heridas
/ del vendaval blasfemo,
/ versos que aferrados al sufrir,
/ atenuaron el martirio,
/ no hay epopeya sin dolor,
/ ni víctima sin victimario.
/ Así nacieron,
/ viven en el alma mía.
/ Versos míos
, os envío
/ por el sendero de la vida
/ eludiendo la guadaña de la envidia,
/ pero aceptando la caricia,
/ que produce el parpadeo,
/ del guillotinaje de la crítica.
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